Woody Allen escribió:
Eso que dices es terrible, y a la vez muy lúcido: sé de mucha gente que llegó a tener simpatía por "malos" tipo Jesús Gil, viendo lo que hacía en Marbella y cómo era inmensamente rico, pese a serlo gracias a horribles chanchullos.
Bueno, yo me refería a los super-villanos de los comics, no a mafiosillos del tres al cuarto jajajaja.
Woody Allen escribió:
Igual que podemos sentir simpatía por los "malos" que, como bien dices, hacen lo que les da la gana (igual que los piratas, igualmente envidiados por muchos), ó simplemente que ganan mucho más que nosotros, que ganan en un día lo que nosotros en un año (ó más).
Mmmm... no, a esos que ganan tantísimo dinero los odiamos por envidia.
Woody Allen escribió:
Pero en las pelis de Walt Disney se llegó a dar más "categoría" al "malo" por encima de los "buenos", quizás parecía más "listo"...
En "PELEAS DE ENAMORADOS" (título original, "Love Fights") había un superhéroe cuyo defecto era su egolatría, el ponerse ante tí con aires de superioridad y levantando la barbilla en plan soberbio a tope. Eso es lo que no parecía tener Clark Kent/Superman, que, al contrario, era tan bueno que era ingenuo.
Desde hace ya muchos años, el "anti-héroe" es el que resulta más atractivo. Un anti-héroe puede ser más malvado que los mismos malos, pero siempre tiene un punto de bondad, lo que evita que se convierta en un ser despreciable.
Comento esto porque considero importante el mensaje existente en esta figura. Es un análisis complejo en el que quizás no consiga hacerme entender pero lo intentaré:
El anti-héroe es mucho más libre y sorprendente que el aburrido, ingénuo y predecible super-héroe que defiende una sociedad que todo el mundo sabe ya que es injusta e imperfecta.
Por contra, El anti-héroe rompe las reglas y es un inadaptado. Sin embargo posee un punto de bondad en su corazón. Aunque sus métodos sea normalmente brutales y suelan oponerse a lo socialmente estipulado, no está en contra de las buenas personas y por eso es un malo-bueno.
A lo que quiero llegar es que el super-héroe protege la sociedad para que las personas sigan viviendo bajo sus reglas creyendo que es lo mejor, por eso es un ingénuo que sirve de policía a los que realmente mandan. No obstante, el anti-héroe no da importancia a un conjunto de reglas dictadas desde los organismos públicos, ni tampoco le importa la propiedad privada, sin embargo, si rascamos un poco sobre la capa de brutalidad exterior, encontramos a un corazón hasta cierto punto noble, lo que demuestra que no es necesario ser un modelo de ciudadano deseable para ser una buena persona.