Me congratula ver que iniciativas como la tradicional del Día de Sant Jordi en Catalunya ayudan a fomentar la cultura, el leer, y no ciertos libros como ahora se venden tanto, incluso uno que hace años escribió el ex marido de Letizia Ortíz (la esposa del Príncipe Felipe), que, fíjense lo que son las cosas, se reeditó hace poco simplemente por eso: que lo escribió un famoso ó el pariente de alguien famoso.
En la Diada de Sant Jordi se han vendido, en euros, más de los 19 millones que se esperaban, lo que es maravilloso. En Madrid hay un equivalente, aunque no tan famoso: la Semana del Libro en el Parque del Retiro y los tenderetes de libros cerca de éste parque madrileño los fines de semana. Sólo hablo de ello como ejemplo de algo que en España se está olvidando con esa plaga de los programas del corazón y el paletismo imparable que conlleva, que provocó que debates televisivos parezca que no interesan a no ser que en ellos se hable del tamaño del miembro de Dinio ó los abusos de poder de Encarna Sánchez (ella no me caía bien, siempre creí que tenía ciertos delirios de grandeza, pero todo lo que se está diciendo de ella me parece repugnante).
Por mucho que cierta gente se burle, prefiero leer un buen libro y ver una buena película. Me aportan más que esos programas. Me compré el DVD de una obra maestra del cine: "FAHRENHEIT 451", del maestro francés Franí§ois Truffaut, que demostró que no sólo sabía hacer inteligentes historias sobre lo complejo que es el amor, fuera "a la francesa" ó no. Aquí Truffaut hace una defensa de los libros y de cómo quedaría la Humanidad si éstos fueran destruídos. Le da un tono bien pesimista, típico de la época en que se rodó la película (año 1966), pero yo no aguantaría vivir en un sitio en donde no puedas cultivar tus ansias de saber (lo siento, queda pedante, pero es lo que siento, y hay gente que le gusta leer y oír cosas así, no chorradas de "macho ibérico" tipo "me molas mucho, y me gustaría f... contigo").
Leyendo "LOS MISERABLES" de Victor Hugo descubres cómo era la sociedad de su tiempo, pues Hugo no se limitaba a hablarnos de las penurias de Jean Valjean y de su implacable persecución por el Inspector Javert. Y miles de cosas que podemos descubrir leyendo libros. Eso sí, si también somos cinéfilos, recomiendo la última obra maestra de Ingmar Bergman, hecha antes de retirarse (ya tiene 87 años), "SARABAND", exhibición del alma humana sin ninguna complacencia. Una manera de contar historias comparable a la de los libros, que preferimos a aguantar las muecas de Jim Carrey por enésima vez ó las tonterías de Torrente.
En otros países cuidan la cultura mejor que aquí, que hay un patrimonio cultural tan interesante como en el resto de Europa, pero está más visitado por los turistas extranjeros que por la gente de aquí. ¿Y aun nos ofende que nos vean como gente atrasada? Pues ya saben lo que hay que hacer para que eso no vuelva a ocurrir.
Y lo digo no sólo por éste país, sino por mis compañeros de trabajo, que viéndoles y oyéndoles hablar, parecería que la evolución de las especies no la han vivido.
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