Joaquín escribió:
Sigo sin entender qué ha visto todo el mundo en esa peli.
Pero es que es eso, ¿de dónde sale ese "todo el mundo"? A casi todo el mundo a quien le interese de una forma mínimamente seria los dibujos animados Gru le parece de pasable para abajo.
Y a lo que yo iba. Cuando creíamos que el premio de evento de la semana iba a ser para Javi y su recién adquirido título de Arquitecto, voy yo y me enredo en un maratón de la saga A Todo Gas. ¡Eso sí que es digno de mención! Entre las dos de la tarde y las dos y media de la mañana mis amigos y yo disfrutamos de diez horas de testosterona, motores rugientes, perras en minifalda y tensión sexual homoerótica, con una pausa de tres horas entre la tercera y cuarta peli para estrenar por fin el Monopoly de Monkey Island™. Un rápido repaso a lo que nos ofrecieron las películas:
A todo gas: Tiene gracia, pero los que vimos ayer A Todo Gas éramos casi los mismos que en 2001 fuimos al cine a verla. Decididamente es la mejor de la saga. Me sorprendió lo entretenida que fue, una hora cuarenta que se pasa volando, con las dosis justas de desvaríos motorizados, frases descerebradas y marronería para no hacerse odiosa. Los años se le notan a su ambientación poligonera y a las pintas de las tías buenas que pueblan los encuentros motorizados, muy de principios de los 2000 todo. Vin Diesel aporta carisma musculoso y Paul Walker empieza tan soso y prescindible como será en toda la saga. Las carreras y accidentes están rodadas con sorprendente buen tino y poco CGI, algo de agradecer dado que son muchas y variadas. Esta primera entrega es, quizá, la que lleva más allá el tema del PG13 con el tema tetas-y-culos, con algún momento de primerísimos planos de "te agarro las manos para que me sobes a saco las tetas" que no es que sean para santiguarse, pero sí que sorprenden comparados con el tono cada vez más discreto de las siguientes entregas. Quizá lo mejor de ésta es que su planteamiento es puro a más no poder, con las carreras como fin absoluto y razón de ser de la trama. Claro que de limitado que resulta es normal que las secuelas tuvieran que tratar de inflar la cosa con elementos extra.
Un 6. 2 Fast 2 Furious: La peor de todas. Aburridísimo remedo de la primera parte, pero inflando el guion con una trama de tráfico de drogas a lo Miami Vice que no se mantiene en el segundo plano que debería, sino que absorbe todo lo demás. Absurdamente enrevesada para lo que es, se ve perjudicada igualmente por la espantada de Diesel, Rodríguez y en menor medida Jordana Brewster; quedando Paul Walker solo y desamparado, incapaz de llevar la película él solo. Sus nuevos compañeros de batalla no dan la talla, ni su ultramolesto y obviamente gayer nuevo amigo negrata ni una Eva Mendes irrelevante. El malo, un tío clavao a Paul Newman de joven, tampoco está a la altura. Por otra parte, salta a la vista una degradación total en la forma de rodar las escenas de carreras y accidentes. Esta vez son torpes y cutres y los cambios entre un tipo de cámara y otra (de porno) son dolorosamente evidentes. Sin embargo, pese a todo esto, en perspectiva casi es nostálgica la fuerte presencia de las carreras, el tuneo disparatado y las ultragratuitas tomas de perras del motor embutidas en vestidos ridículamente pequeños; aspectos que poco a poco se irían diluyendo en las siguientes secuelas. Punto a favor: personalmente, creo que de toda la saga ésta se lleva de calle el premio a la co-star más HÚMEDARL, con esa Devon Aoki que es puro morbo en su coche rosa fucsia. Segundo punto a favor: la escena más absurda de toda la saga, aquella en la que un botón abre la puerta de un coche y causa una descompresión brutal como si estuviéramos en un puto avión a cuatrocientos por hora, está aquí.
Un 3.Tokyo Drift: El islote. Paréntesis con espíritu de secuela videoclubera, que al principio funciona si te sobrepones al bajón del nuevo reparto con 0% de carisma y logras disfrutar de su dinamismo y los ecos de Karate Kid. Sin embargo, pronto empieza a perder fuelle, el humor desaparece y, lo peor que podría pasar, la cosa empieza a tomarse más en serio a sí mismo que un Batman de Nolan. Una película de premisa tan ridícula como las que son la esencia de esta saga está perdida si empieza a perder de vista su naturaleza de cubo de basura, y ésta lo hace y pierde. A su favor tiene la mayor presencia de carreras sin sentido desde la primera parte y un incremento drástico en la densidad de perras asiáticas en minifalda por toma... y cómo no,
el cameo final, AKA la promesa de que un regreso a las raíces estaba cerca... Ah, y la desconcertante aparición de Sonny Chiba.
Un 4.Fast And Furious: Volvemos a los orígenes sin volver exactamente. ¿Por qué? Porque sí, vuelve el reparto original al completo, vuelve la testosterona seria y las intenciones de la primera parte, pero los tiempos han cambiado y se nota. El mundo del tuneo ya no está tan en boga, y prácticamente agotado el asunto de las carreras ilegales, éstas sólo pueden quedar como recurso ocasional en una historia de venganza de tintes más fronterizos que poligoneros (siendo por momentos muy Breaking Bad) en el que el balance de Perras Asiáticas empieza a ser peligrosamente bajo. El fichaje de Gal Gadot aporta más bien poco más allá de cierta ambigüedad inicial (que desaparece rápido) y la evidencia de que le gusta llevar sus camisetas sin sujetador debajo. Sorprende lo presente que se tiene todo lo visto años atrás en la primera película (casi parece la
verdadera segunda parte a aquella), al comprobar que encontramos a los personajes en el punto en el que el final original prometió dejarlos y más de una referencia aislada, pero más sorprende cómo acoge a Tokyo Drift dentro de la cronología oficial, dibujando lazos con ésta que perfectamente podrían haberse obviado. Le pesa un poquito el metraje, pero eso sólo la sitúa como un poco inferior a la película original.
Un 5.Fast 5: Continuación directísima de la anterior (empieza justo donde se quedó la 4); ahora entiendo por qué el título de la saga se va diluyendo poco a poco con cada entrega. Esto ya no va ni de carreras ni de nada, la saga ha dejado definitivamente atrás sus raíces para convertir a la panda en una especie de Equipo A con objetivos a lo Ocean's Eleven. Es cierto que era algo inevitable, dado lo limitado de la temática tunera, pero duele ver que los pequeños chispazos de "viejos tiempos" suenan a compromiso molesto mal metido en el guion, y que en todo caso no son más que unos minutos de lo más insuficientes. Durante un momento parece que todo se va a arreglar: Dom y O'Conner llegan a un encuentro de los coches más horteras del universo explorado, todo lleno de Perras Asiáticas en cuyos culos y tetas la cámara se recrea sin pudor a ritmo de Ludacris, y el bueno de Vin grita "¡hogar, dulce hogar!". Pero es un espejismo. Lo impensable: la carrera se resuelve durante UNA ELIPSIS, y sólo les vemos volver al almacén con el objetivo cumplido. Pero tampoco es una cuestión de ponerse purista, es sólo que el giro al género heist movie está llevado a cabo sin talento y sin reparar en cuáles son las verdaderas capacidades de los actores. Diesel y compañía, que funcionaban muy bien en el concepto original, aquí están perdidos sin la oportunidad de desplegar sus verdaderos puntos fuertes. El fichaje de The Rock es muy decepcionante (pero nos dio muchísimas risas con sus pintas ultraanabolizadas, sudando hasta por hablar, hasta la perilla le chorreaba al cabrón), y para qué hablar de Elsa Pataky, la cual debería besar los pies de Ana Palleja por hacerla parecer hasta una actriz potable. Un aburrimiento absoluto, que sitúo a la altura de Tokyo Drift (manda narices) porque pese a la ventaja del reparto original no es capaz de levantar cabeza por culpa de unas excesivas dos horas y diez minutos que se saltan el férreo metraje de hora cuarenta que tan ideal resulta en las cuatro películas anteriores. Punto a favor: el regreso de cierto (¿o debería decir "ciertos"?) personaje de las postrimerías de la saga que ya parecía olvidado del todo y que da pie al cliffhanger más loco imaginable. Si toda la película hubiese conservado ese espíritu de "todo vale" del giro final en lugar de esa inexplicable sobriedad, todo habría funcionado mejor. Pero no.
Un 4.Observaciones generales:
-Increíble la facilidad de los policías de esta saga de acabar pensándoselo mejor y pasarse al bando de los protagonistas (es decir, los malos, los ladrones y ASESINOS) al final. Paul Walker, The Rock, Pataky... Todos ellos mandan a la mierda su sueldo, la rutina al servicio de la ley, familias (presumiblemente) para darse a la vida guapa de los ladrones de coches, y casi en todas las ocasiones por echar un buen polvo de vez en cuando.
-El baile de voces es de traca. Jose Luis Mediavilla, José Posada, Jordi Ribes, JJ Serrano y muchos más van rulando de un personaje a otro sin importar ni siquiera que deban compartir pantalla con otros personajes que doblaron en anteriores entregas (y a los que les plantan otras voces, claro).
-¿Os imagináis a la novia de un tío que reta a otro tío a una carrera diciendo "hagámoslo más interesante, el que gane se queda conmigo"? A Todo Gas, dando una imagen digna y respetable de la mujer desde 2001.
-Me sorprende que la peor de todas venga firmada por el director que teóricamente ha tenido una carrera más notoria en el pasado. Hablo de John Singleton en 2 Fast 2 Furious.
-Tras la segunda película se echa en falta el uso indiscriminado de ese botón de hiperespacio que parecen tener los coches para pasar a los mil por hora en ciudad.