Hace tiempo que quería escribir sobre este par de joyitas:
ATERRIZA COMO PUEDAS, de la bendita
ZAZ (Jim Abrahams, David Zucker, Jerry Zucker).
Simplemente genial. Pensaba que me la sabía de memoria pero encontré detalles en los que no había reparado: esos peces en la playa, ese cucurucho en la declaración de
Johnny o la pelea entre las dos
boy scout... que siempre pensé que eran tíos. Tiene un reparto de secundarios de ojos azules, teóricamente serios , de lujo: Nielsen, Graves, Stack, Bridges. La banda sonora de Bernstein es soberbia. Los guiños a grandes películas son buenísimos. De haberla visto doblada ya habría sido el
sumum (en esta ocasión creo que el doblaje hace mejor a la película). Sin duda, en el top 3 de las mejores comedias (absurdas) de todos los tiempos.
No me cansaré nunca de verla esperando algún día saber qué es la cabina del piloto, el cuartel general o un hospital. O esperando que alguna vez
Joey contesté afirmativamente a si ha visto alguna vez a un hombre adulto desnudo, si no ha ido nunca a un gimnasio, si le gustan las películas de gladiadores o si ha estado alguna vez en una prisión turca. Quizás entonces Lloyd Bridges haya escogido un mejor día para dejar de fumar, de beber, los tranquilizantes o de oler pegamento. Y es que viéndola te mueres de risa, ya sea ahorcándote, haciéndote el
hara-kiri o explotando cual bidón de gasolina. Imposible quedarse con uno solo de los
gags que pululan por esta maravilla.
«Sáquela y sóplela»: no hace falta decir nada más. Y menos en lo de la prisión turca, contesto sí al resto de preguntas del comandante
Cambion. Cambio. Un 9. Corto.
GREASE, de Randal Kleiser.
Bien, bien, bien... No, mejor dicho MUY BIEN,
MUY BIEN,
MUY BIEN (en arial 200 si se pudiera). Con esta película viví lo NUNCA visto en una sala de cine. Lo más parecido tal vez en algún musical en teatro, pero en un cine nunca. Alucinante, excepcional, genial, increíble, etc, etc, etc. Por la interacción que hubo entre pantalla y público, por el ambiente creado. Pagué por una entrada de cine pero nadie me avisó que en realidad tenía una entrada para una fiesta. Y qué fiesta, de las mejores. Ver cómo una marea de brazos y palmas acompañaban a la peli... buah. Dicen que hasta se bailó en el club! Quizás hubo gente que no se sabía la letra de las canciones (servidor), pero los coros los hicimos, con perdón, de puta madre: uh! uh! uh! Creedme, si no habéis visto
GREASE en una sala con 1800 personas cantando y bailando no la habéis visto.
Y ahora la película. Peines, gomina, tupés, rizos, chupas de cuero, batidos de chocolate, un
Ford deluxe,
Pink ladies,
T-birds, una banda sonora que tod@s sabemos (aunque no entendamos la letras) de pe a pa.... eso y mucho más es
GREASE. Y automático. Y sistemático. E hidromático. Qué grande el instituto
Rydell (enormes la directora, el profesor de gimnasia, los secundarios en general) con esa
Rizzo que se come con patatas a
Sandy, ese
Kenickie (curioso nombre) tierno y duro, ese
Danny Zuko más tierno y más duro que cuando aparece en pantalla provoca un
"oooooh" entre las féminas, esa
Frenchy... aix,
Frenchy, ese Lorenzo Lamas futuro rey de las camas... Siempre me ha hecho gracia esos 'adolescentes' menores de edad (de veintilargos e incluso de treinta y pico, superrepetidores sin duda) de las pelis americanas con la eterna guerra de sexos: los tíos seremos unas ratas (o peor aún, piojos de ratas) pero no nos engañemos, un tío que pasa de los colegas por una chica no es un buen colega.
«Saben tus padres que me cuelo en tu habitación cada noche?» Vince Fontaine dixit. Brillante, brillante, brillante a más no poder. Como la propia película. Porque '
grease'... '
grease' is the word! Un 8'5.
Y curiosamente ambas acaban surcando los cielos.
PD: el dobaje de ambas es simplemente delicioso y soberbio, combinando parte de lo mejor de una época dorada con la nueva hornada de talentos surgidos a finales de los 70. Qué tiempos!