Hola:
En primer lugar, me gustaría transmitir a Daniel García, como compañero y profesional al que admiro, todos mis respetos y mi aplauso por su trabajo. Contigo no va la cosa, Dani. Supongo que lo comprendes.
En segundo lugar: Iván, tienes todo mi apoyo. Eres el mejor, el más grande. Gracias a tu trabajo en el Príncipe de Bel-Air me despertó el gusanillo del doblaje. Mi objetivo en la vida es llegar algún día a la mitad de tu nivel. No hay otro como tú, nadie se te parece, nadie suena como tú. Quiero que copies este párrafo, que lo imprimas y que lo pegues en la pared de tu dormitorio. Y que lo leas cada mañana, coño. Nadie te iguala ni te igualará jamás, ¿de acuerdo? Nadie va a ocupar tu trono de puto amo en la vida, por muchos años que pasen.
En tercer lugar, y como estas cosas no sólo suceden aquí, me voy a salir del tema (y de madre también, así que si Alex Bonet considera que debe banearme, lo entenderé.)
Yo fui guionista de AL SALIR DE CLASE. No quería decirlo, bien lo sabe thehardme, pero lo he dicho. ¿Sabéis cómo me contrataron? No valoraron mi trabajo, ni si estaba preparado para desempeñar el cargo, no. Había un tipo, un tuercebotas llamado Jaime P., que tenía poder y que quería pasar un ratillo conmigo. Un par de meses después, cuando descubrió mi tendencia hetero, qué sorpresa, me despidió. Así funciona el cotarro. Estuve presente en más de una selección de reparto. No creáis que elegían a los actores (¡ja, que me parto el culo, actores!) por su talento o condición: los elegían por guapos o por menos guapos, o porque eran feos que daban bien en cámara para hacer de feos. Y así rueda y rueda la bola. Y, en los despachos, se preguntaban: ¿cómo va la cuota de pantalla? ¿Llegamos al mínimo? El puto dinero. Y de ese modo han convertido esta producción española en una soberana mierda, cuando hay talentos de sobra, profesionales de sobra y ganas de hacer bien las cosas también de sobra. Y, si no, daos una vuelta por los teatros. Ahí es donde uno descubre que, en este país, y en contra de lo que insinúa mucho gilipollas suelto, realmente existen actores de verdad, y no guaperas soplaporretas. ¿Que hay actores guapos además de buenos profesionales? Por supuesto, pero no en tal proporción.
En cuanto al tema original de este post, me gustaría también romper una lanza en favor de los directores de doblaje por la forma en que, gracias a su esfuerzo y su profesionalidad, han logrado capear hasta ahora semejantes temporales.
Un abrazo
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