....Y como decía súper ratón, no se vayan todavía, aún hay más:
Teníamos discos para elegir entre Parchís y un grupo de 12 chavales rubios y muy monos llamados \"Grupo Nins\".
Podíamos elegir entre Clics y también entre Airgamboys, y airgamgirls (ellas juguetes tipo Ozores: enfermera con minifalda.).
Elegíamos entre Madelman y Geyperman.
Elegíamos entre Nesquick o una cosa llamada Vit.
No elegíamos los yogures porque eran todos blancos o, como mucho, sabor a fresa o limón.
Había petissuises, y ojalá nos hubieran dado 2 porque estaban muy ricos (el otro día compré uno y sabía a edulcorante malo). También teníamos Dalky, y nos gustaba quitarle la capa de crema de arriba sin manchar la cucharilla de chocolate.
Los cromos de los dibujos de la tele eran de cartón y había que poner pegamento.
Era muy famosa la mosca de la tele, que venía en esos cromos, y, volviendo al yogur, los Danone traían los cromos de Willy Fogg (que se tiró 2 años y pico en TVE para dar la puta vuelta al mundo).
Si tenías mala suerte de que el autobús del cole(\"la ruta\") llegaba a casa pronto resulta que no había televisión y en su lugar tenías una bola de colores que ponía la hora.
Elegíamos entre los bollos de Tarzán, o los Tronquitos (tronco vaaaa, y tronquito vieeneeee).
Elegíamos entre el Tarzán de los dibujos, que hablaba en sudamericano, o --sí, lo recordamos-- otro italiano de carne y hueso que se llamaba Orzowei (orzoweeiiiii narananaaaaa naranaaaa), del que sólo nos acordamos que corría por la selva, como Jacquie y Nucca, o uno llamado Jack que tenía un oso y aguantó dos asaltos en la tele.
En el cine no echaban pelis de dibujos, ni en 3d ni nada (salvo una mierda llamada Tod y Toby que luego ha resultado que la dibujó Tim Burton).
No se reeditaban los clásicos Disney, y lo mejor eran las de Parchís (con el perro Supermán), o las del propio Supermán que podíamos verlas porque eran toleradas.
aunque las divertidas eran las de Bud Spencer y Terenci Hill.
Vimos ET, e Indiana Jones en pantallas la hostia de grandes, comprando a reventas en la Gran Vía (eso en Madrid), asombrados de ver en la entrada del cine inmensos carteles pintados a mano.
Comíamos palomitas \"Gol\", en bolsas de plástico que hacían mucho ruido, y de vez en cuando nos ponían un corto infumable llmado \"El zorro y las Uvas\"; aunque pa malos los dibujos checoslovacos que nos ponían de clavo en la tele.
Y, hablando de tele, elegíamos entre Falcon Crest, o la Mansión de los Plaf (laaa mansióoon de los plaaaaaf).
Horas y horas de programación amenizadas, eso sí, por Maria Luisa Seco, una señora que un día murió y que siempre aparecía con un biombo detrás lleno de dibujos de niños (aunque nunca supimos dónde había que mandarlos).
los tíos vimos las primeras tetas en una peli de Ozores en la que nos colamos, y las segundas en un anuncio de Fa que fue de escándalo nacional.
aunque para escándalo las truculentas noticias diarias de niños que se habían comido ratones imitando a los de Uve (y las tías llenando las carpetas con pegatinas de Donovan sacadas del súper Pop).
La gente tenía los jerseys suaves. ¿Nuevos? no, lavados con Perlán, que lo único que no quitaba era un moco verde llamado Blandiblú que jodió más de un sofá.
Y en fin, podría segiur, pero se me va la cabeza pensando en fabricarme un Delorean con condensador de fluzo (o flujo, según la versión de la peli) y regresar al pasado para poder disfrutar de todo esto con un bocadillo de chorizo de Pamplona con mantequilla de los que preparaba mi madre.
_________________ \"Las cosas que no se dicen suelen ser las más importantes... pero, ¿acaso no es siempre así?\"
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