Fernando Alonso se ha convertido en el primer español Campeón del Mundo de Fórmula 1. No se recuerda otro español en ésta competición, como no sea Emilio De Villota en los años '80 y algún otro que pasó de puntillas.
Le doy la enhorabuena por que se lo ha currado bien y ha sabido tener sangre fría para ello. Y lo digo sin que me guste para nada el automovilismo, que me aburre mortalmente. Desde que la semana pasada ganó he oído y leído de todo. Normal, no a todo el mundo ha de gustar ó no gustar por igual. Ahora bien, el Premio Príncipe de Asturias se lo ha merecido, pero era demasiado pronto dárselo cuando aun no había ganado el Campeonato del Mundo.
Habría que haber esperado un año, por lo menos. Pero me imagino que los jurados de dicho Premio buscaba premiar a alguien que pudiera reunir elogios unánimes, no uno/a que fuera aclamado/a por cuatro gatos y cuyo nombre no sonara a nadie, más que a unos cuantos eruditos (como Edward Saïd, pese a lo meritorio de su orquesta musical formada por palestinos e israelíes), ó a artistas que una parte del público adora y a otra parte aburre (como pasó con Woody Allen).
Buscarían ésta ocasión a alguien conocido por todos, hasta por los que sólo quieren ver en la \"tele\" a coches de carreras nada más que como argumento de una película (eso me pasaría a mí, que como ya he dicho, me aburre el automovilismo). Aunque no trataré la selección alternativa de candidatos al premio, sólo pensada por si Fernando no podía ir ese día personalmente a la gala de premios, como si fuera sólo relleno por si uno no puede estar allí.
Un premio es para quien se lo merece, no para rellenar varias horas de gala presidida por el Príncipe Felipe, señores. Deseo que cuando Fernando tenga algún bache, que lo tiene todo el mundo, no le dejen tirado, como se hizo con la Rosa de \"Operación Triunfo\" después de haber quedado séptima en el Festival de Eurovisión. Que Fernando no es Superman, y algún día puede tener uno malo.
Que ahí empezarían las envidias típicas en éste país al que triunfa; miren a Pedro Almodóvar, a José Luis Garci y a muchos artistas que en otros países son recibidos con absoluto respeto. He dicho respeto, no adulación hipócrita. Y que, como en el caso del cineasta manchego, si se enteran de que lo que hacen no parece interesar en España, se sorprenden desagradablemente. Que eso no pase con Fernando; no se le peguen ahora como si fueran su sombra sólo por que esté de moda ó por que sea Campeón del Mundo, a ver si se puede sacar beneficio de él, como desgraciadamente pasa con muchos personajes que hayan triunfado por su esfuerzo; que pueda seguir su carrera sin problemas hasta que se retire enmedio del respeto de todos/as, como pasó con futbolistas como Johan Cruyff, Alfredo Di Stefano, Michel Platini ó Nedson Arantes Do Nascimento \"Pelé\".
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