Me permito recuperar y añadir a este post, lo que ya escribí en mi post dedicado a él: VICENTE BAÑÓ: la poderosa voz alicantina.
Era lo siguiente:
Escasamente recordado, Vicente Bañó Gomis, fue una de las voces en parte privilegiada, en parte característica de la época de nuestro doblaje. Su voz era grave, resonante, rotunda, un auténtico torrente. Unas características que dotaban a sus personajes de una fuerza tremenda, de una convicción apabullante. Las mismas que a su vez le limitaban a cierto tipo de papeles.
Pocos hicieron el papel de sargento de policía mejor que él. O de padre con cara de pocos amigos ( Vivir para gozar, La heredera ). Los personajes de carácter con malas pulgas, eran pan comido para él, prueba de ello sus doblajes de Ed Begley, Karl Malden, Victor McLagen o Lee J.Cobb.
Pero Bañó era un actorazo con una amplia gama de registros, capaz de doblar con maestría a todo un Orson Welles o al mismísimo Groucho Marx en hasta 6 películas, destacando por encima de todas \"Un día en las carreras\", doblada en 1963. Cierto que no alcanzó las excelsas cotas de simbiosis de José María Ovies, pero no le anduvo muy a la zaga.
Bañó, natural de mi tierra, había nacido en 1926. Sus primeros pasos fueron en los estudios Fono España, donde dobló por primera vez, con tan solo 23 años, a Victor Mature en El beso de la muerte, en 1949. Mature se convertiría en su asociación tal vez más recordada: La túnica sagrada, Sinuhé el egipicio, Demetrius y los gladiadores, etc.
La cara acartonada y la presencia imponente de Mature se fundieron con el torrente de voz de Bañó.
En los 50, Bañó solía doblar en los estudios Chamartín y en los Servicios Españoles de Sonido, hasta que por el año 58, formó un solido equipo en Fono España, con Simón Ramírez, Teófilo Martínez, Antolín García, Josefina de Luna, Matilde Conesa, Ana Díaz Plana, María Romero, Manuel De Juan, Francisco Valladares, etc...
Ahí consiguió algunos de sus doblajes más emblemáticos como el Burt Lancaster de Duelo de titanes, Mesas separadas o Torpedo. Su Burt Lancaster estuvo a la altura del mejor, sin nada que envidiarle al de Corsellas, Sansalvador, Arenzana o Peña.
La corpulencia y el vigor del otrora acróbata adquirían con la voz de Bañó, el grado de fuerza entremezclada con honestidad que el actor alicantino sabía darle.
En 1960, con algunos cambios en su equipo, formó los estudios Sincronía-Sevilla Films, donde permaneció hasta el final de su carrera. Ese equipo compacto compuesto por él mismo, Antolín, Baltanás, Guardiola, Arenzana, Puente, Julio Núñez,Celia Honrubia, María del Puy, Josefina de Luna, etc, obtuvo una gran calidad en sus trabajos.
Aparte de los ya mencionados, se podrían mencionar los de Tom Ewell en La tentación vive arriba, Jack Hawkins en Lawrence de Arabia o Lord Jim, Thomas Mitchell en el redoblaje de Qué bello es vivir o Charles Boyer en el de Luz de gas.
Por encima de todos ellos se elevan tal vez dos: el Michael Chekhov de Recuerda, donde compone un psiquiatra completamente entrañable, con unos timbres voz paternalistas y sobre todo el Edward G. Robinson de Cayo Largo. \"No ha existido nadie más grande que Johnny Rocco\"...Su Rocco, impone respeto, no sólo gracias a la estupenda composición de Robinson sino también a la estupenda voz de Bañó.
En los 70, seguía en plena forma, logrando doblajes tan destables como el Telly Savalas de Kojack, el William Holden de El coloso en llamas, el Sean Connery de El hombre que pudo reinar o Robin y Marian y sobre todo el Alec Guinness de Un cadáver a los postres, su último doblaje estrella, en el 78.
De repente, desapareció, con tan solo 52 años...Murió? Se retiró? Lo desconozco, pero fue una lástima ya que estaba en disposición de acometer aún nuevas empresas de mayor envergadura si cabe. Traslado esta pregunta a Pepe Mediavilla. Sabes por casualidad por qué se le dejó de oír a partir del año 78?
Un abrazo.
_________________ montalvo
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