Anteayer tuve una involuntaria sesión doble de los Farrelly. Comprobando en filmaffinity su filmografía (para actualizar estrellitas y tal) observé que aparte de Amor en Juego, que ya he asumido que es misión imposible encontrar en castellano y sigo sin haber visto, tenía pendiente Matrimonio Compulsivo, con Ben Stiller y Malin Akerman. Es de 2007, así que no me sorprende lo impopular (o simplemente desconocida) que es. Los Farrelly comenzaron a apagarse después de Yo, Yo mismo e Irene. Amor Ciego recuerdo que no fue ya tan popular entre la chavalada como lo habían sido las anteriores (quizá porque ya no era tan farrelyana), y Osmosis Jones no se publicitó nada, nada. De hecho yo recuerdo que la alquilé en VHS porque me llamó la atención la cinta en la estantería del videoclub, no porque hubiese oido absolutamente nada sobre ella en su estreno en cines. A partir de ahí entramos en una nebulosa de indiferencia. Pegado a ti me pareció una chorrada en su momento (no la recuerdo bien, pero sí que me pareció casi carente de la firma de los hermanos, salvo por un par de chistes de discapacitados), y luego ya la oscuridad absoluta. Amor en Juego tiene pinta de pastelada impersonal alejada tanto de la mala leche de los hermanos como de la ironía de Nick Hornby, y no sé si habéis visto las últimas, pero Carta Blanca parece un saldo de la factoría de Apatow y The Three Stooges, pese a sus buenas intenciones, es una basura desconcertante que demuestra que hay cosas en este mundo para las que no existe una forma correcta de remakear. Y sale Larry David haciendo de monja.
El caso es que al tiempo que me descargaba Matrimonio Compulsivo puse Paramount Channel y resulta que estaba a punto de empezar Vaya Par de Idiotas, que sólo había visto a trozos (y tampoco me había llamado mucho nunca, la verdad). Total, que me la vi entera por primera vez. Me pareció bastante floja, sobre todo para estar situada justo entre las dos mejores películas de la pareja, pero agradecí mucho el genuino farrelysmo que destilaba. Cumple a rajatabla el decálogo Farrelly: surrealista prólogo en el pasado, tontos enamorados de mujeres demasiado guapas para ellos, comedia muy chusca, banda sonora con las canciones más obvias de los sesenta... En fin, una película un millón de veces más personal y sentida que esa sosería de Carta Blanca. Lo que pasa es que mientras que el personaje de Woody Harrelson mola bastante... el de Randy Quaid no mola tanto. O quizá es Randy Quaid quien no mola. Tiene su gracia que no pasen ni dos minutos antes de que veamos a su amish fumando y bebiendo, pero creo que todo habría sido mucho más gracioso con otro actor más hábil, o más dotado para la comedia. Eso sí, mención obligatoria para un Bill Murray acojonante, lo mejor de toda la película. Brutal el momento en el que gana el torneo y empieza a portarse como un auténtico gilipollas peligroso (¡estoy por encima de la ley!). Un 6, pero siendo generoso porque me apetece.
Del título español para qué hablar, no es desde luego nada sospechoso ese imaginativo remedo de Dos Tontos Muy Tontos donde en inglés pone "Kingpin". Como lo que han hecho ahora con la comedia ésa, Incompatibles.
Y luego está Matrimonio Compulsivo, muy muy muy floja. Como era de esperar, la autoría de los Farrelly está muy diluida, apenas se deja entrever su estilo en unos cuantos gags aislados (lo que podrían haber hecho en el pasado con ese caballo empalmado), y desaprovechan horriblemente una premisa que en realidad tiene bastante potencial (creo que es un remake de algo). Ben Stiller está muy soso en su reencuentro con los Farrelly, y la Michelle Monaghan ésta está diez veces más olvidable. La única que pone de su parte es Malin Akerman, aunque su personaje pierde protagonismo muy pronto. Un 5.
_________________ Miguel RosellóSi te interesa remotamente leerme hablar de canciones Disney, ésta es la cuenta de instagram a seguir.
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