Poco no; NADA!
Ahora, que como te una CO te digo la O: que la considere infumable no incapacita para ver que el personaje de Mitchum tiene carisma. Esos nudillos tatuados son MUY poderosos; lástima que la explicación que da de ellos, esa lucha entre el bien y el mal sea tan... eso... infumable. Como el resto, vamos.
Sigamos con un personaje carismático que he recuperado tras lustros:
Cheech. A secas. Nada de señor
Cheech que se mosquea y es capaz de partirte las piernas. Hablo del
gángster metido a dramaturgo. Y es que ayer, en el día internacional del teatro, a falta de pan buenas (buenísimas) son tortas:
BALAS SOBRE BROADWAY, de Woody Allen.
Si no es la película que más me gusta del genio de Brooklyn, poco le falta. Sí que creo que después de ésta no ha hecho nada que la supere. Porque superar la perfección de esos diálogos, de esos personajes, es complicado. Hasta para él. La crítica que hace sobre el mundo del teatro, del arte y del artista (entiendo que como es inteligente se está criticando también a sí mismo) es demoledora. Supongo que también valdría para el cine. Todos los arquetipos clásicos se dan cita en esta joya:
- el dramaturgo, metido a director para que nadie le toque ni una coma de su texto. Porque el arte es lo primero; la persona va después.
- la protagonista, impuesta por quien pone la pasta y que no es del agrado de nadie.
- el productor, con amistades peculiares con un buen fajo de dólares a invertir en la obra.
- el propietario de ese buen fajo de dólares (provenientes de actividades ilegales, claro), metido a empresario teatral para darle un capricho a su querida de turno.
- la diva, venida a menos, alcohólica, que aún vive en el pasado y que no duda en seducir a quien sea para conseguir que su papel sea más relevante.
- el actor protagonista, encargado de flirtear con la joven e 'inexperta' actriz.
Y Chazz Palminteri. Su
Cheech es soberbio. Madera de artista que la vida le ha llevado por otros derroteros. Si alguien quiere dedicarse a ser guionista y no sabe qué es eso de desarrollar un personaje, que vea su evolución y la del resto del reparto. Oro puro.
Tiene tantos diálogos brillantes por fotograma cuadrado que es difícil destacar uno. Pero por encima de ellos (no dejan de ser una consecuencia) un guión absolutamente maravilloso (ese año le birló el
Oscar otro portento:
PULP FICTION). TODOS los protas lucen estupendamente, igual que los secundarios (el personaje de Rob Reiner es fantástico). Me quedo con todos ellos.
Recuerdo cuando la vi que ese giro, con Palminteri como protagonista, en la recta final me dejó pilladísimo. Es absolutamente genial, al igual que la última frase que dice. Si
Helen Sinclair estuviera aquí me diría que me callara. Y eso voy a hacer: un 9.
PD: la peli ha contado con la presentación de uno de los grandes del teatro (catalán),
Jordi Boixaderas. Qué tío. Qué voz. Lástima que se haya limitado a leer lo que tenía escrito sobre ella y eso le ha restado soltura. Pero qué gozada escucharle.