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Anoche fui a ver La visita. Es una película extraña que no tiene bastante con tratar de ser una comedia que va aumentando el goteo de cosas raras e inquietantes hasta llegar al género del terror. En vez de dedicar todos sus esfuerzos a esta superposición de géneros bastante complicada, mete más pelotas de malabares en forma de un intento de retrato humano de relaciones paternofiliales y de, claro, el formato found footage, pelotas que son la una la consecuencia de la otra. Sobre el found footage, es un estilo con unos límites dramáticos y formales tan claros que yo diría que los directores deberían pensárselo mucho más de lo que lo hacen antes de optar por hacer su película un supuesto cámara en mano. Shyamalan comete un error terrible aquí. Su found footage es consecuencia del plano más humano del guion (las intenciones de la protagonista hacia su madre), pero al mismo tiempo parece lo contrario. La cara emocional de la película es muy poco convincente, quizá no en sí misma, pero sí dentro del cocktail de La Visita, y deja la desagradable impresión de que su única función es justificar un capricho formal, como si Shyamalan se las hubiera visto para encontrar una forma de hacer sí o sí su película a lo found footage. Esto le quita sinceridad. Por suerte la película no descansa ahí.

Cuando vuelva a verla en mi casa, solo y sin un público de imbéciles (¿quién coño dice que el público de las salas VO es más sofisticado?) confirmaré mis impresiones de que realmente La Visita se encuadra dentro del género de la comedia negra, pese a que la combinación de elementos contrarios no es la habitual en este tipo de películas. El hecho de que Shyamalan no recurra a un solo recurso sobrenatural y que mucho de lo inquietante o directamente grotesco de la película deriven de lo que en nuestro día a día llamaríamos "cosas de viejos" me encamina en esa dirección. Y en realidad, si obviamos lo predecible de la mayoría de los sustos, funciona como tal. Narrativamente creo que es impecable. No es que sea perfecta hablando en conjunto, pero si atendemos a cómo toda la película parece construida en torno al desenlace (algo esencial en una película de "giro sorpresa" que quiere evitar la estafa traicionera), adelantando pistas y elementos aparentemente accesorios, encontramos al Shyamalan más en forma, el que hizo que el desenlace del Sexto Sentido funcionara incluso viendo con lupa la película una segunda vez.

Todas las trampas que se ahorra el guion están reservadas para la puesta en escena, que compone el found footage más tramposo, vago e intermitente que he visto en mi vida. El autor de lo que vemos en pantalla son los dos chicos con su cámara o Shyamalan dependiendo de lo que conviene en cada momento. Esto ya es bastante flagrante, pero precisamente por esto resulta inexplicable que Shyamalan opte por ponerse ético con el formato y deje que las escenas más intensas se vean perjudicadas por la cara más pobre, cinematográficamente hablando, del found footage. Puestos a no respetar el formato FF, ¿por qué no aprovechar y rodar las últimas secuencias con todo el poder del lenguaje del cine?

La película es buena. Contra todo pronóstico (al menos el mío) su mala leche, su forma de allanar el terreno durante la primera mitad y su giro gradual de género a género funcionan. Los críos actúan bien y los abuelos pasan con extraordinaria facilidad de un registro a otro. Mención especial para los momentos más pasados de vueltas del abuelo, que empiezan oficialmente cuando se asoma por la puerta sujetando el cubo de los dados de los juegos: se convierte literamente en un Freddy Krueger sin maquillaje. Ah, y lamento que Katherine Hahn, que es una todoterreno y una apuesta segura sea cual sea el género, no salga más. (Es que yo no sabía quienes eran los protagonistas ni nada de la película, así que cuando aparece ella la primera y se pone a hablar supuse que sería la protagonista y me emocioné.)

Es buena con sus defectos, que no son pocos. Impersonal, irregular, oportunista... Pero efectiva y entretenidísima. Y lo dicho, la próxima en casa. Da igual que los festivales de cine de género se desgañiten diciendo lo contrario en su twitter, el público del cine de terror sigue siendo el peor de todos con diferencia. El más estúpido, arrogante y poco colaborativo.

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Miguel Roselló

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He visto "El corredor del laberinto: las pruebas". Y qué queréis que os diga. La primera era simpática, una serie B sencillita con un eficaz equipo de intérpretes y una premisa argumental interesante. Ésta reduce a papilla la novela original para confeccionar un indigesto cóctel de "Los juegos del hambre" (y, al igual que en la primera de la serie, con un irritante abuso de la cámara en mano), "The Walking Dead" y "Mad max" que dura demasiado y te deja con la misma sensación que beberte un litro de cocacola: hinchado pero no lleno. Y otra cosa más: a causa de una deficiente mezcla de sonido, a menudo no se entiende lo que dicen los personajes, sobre todo en los primeros minutos de la película.

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"El arte de la guerra se apoya sobre el siguiente principio inmoral: hazle al prójimo lo que no quieras que te hagan a ti"

Jules Verne

Anoche vi Everest. Me gustó bastante, resultó mucho más sobria y cruda de lo que esperaba. Sabía que no iba a ser Máximo Riesgo, pero no me esperaba un enfoque tan riguroso de lo que es escalar y jugarte la vida en lo alto de una cumbre. Incluso las inevitables muertes se suceden sin fantasmadas ni sensacionalismos formales. Por otro lado, habría preferido que el enfoque realista que han querido darle a la historia se hubiese servido sólo de mostrar las condiciones penosas del ascenso, las enfermedades estrambóticas derivadas de este tipo de exploraciones y este tipo de cosas. La humanización de los personajes es obvia y cursilona, sobre todo en lo que se refiere a Josh Brolin, y la manipuladora sesión de fotos antes de los créditos tampoco ayuda precisamente. Hay algo mal manejado en todo este plano de la película, hasta el punto de que la escena que teóricamente ha de dar sentido a la película (la charla sobre por qué subir una montaña) no cumple su función ni de casualidad. De un modo extraño y retorcido, el mayor efecto humanizador de la película sobre estos personajes es mostrarles convertidos en trozos de carne muertos, agarrotados y enterrados en la nieve, habiendo llevado su pasión hasta las últimas consecuencias y sucumbidos ante la fuerza imparable de la naturaleza. Un 7 le voy a dar, uno alto.

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Miguel Roselló

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Vamos a comentar un par de pelis que me gustaron mucho:

Desayuno con diamantes: No la había visto nunca y me ha sorprendido tan para bien que estoy alucinando. Tenía la idea preconcebida que no se trataba más que de una historia de chica pobre intenta ascender en Nueva York, no sé por qué. Y me he encontrado con una película tan, tan diferente y con un argumento tan absolutamente chocante para el Hollywood de entonces que incluso me sorprende que le dieran luz verde a hacerla. Porque tratar el tema de la prostitución, velada y no tan veladamente, de la forma tan absolutamente elegante y a la vez sin tapujos como la trata Blake Edwards es admirable. Audrey Hepburn le da a Holly el punto justo de ingenuidad y picaresca que el personaje se merece, es un bombón de personaje y le saca el mayor provecho que se puede, no me extraña que realmente el personaje sea un icono de la historia del cine, porque no es precisamente un personaje con virtudes atractivas, resulta superficial y materialista y aun así me ganó. He leído por ahí que inicialmente se quería a Marilyn Monroe y yo creo que hubiera resultado un desacierto, porque con el perfil de Audrey el personaje resulta mucho más ambiguo. Pero no es ya solo el tema de la prostitución, todo el tema del marido me dejó patidifuso por decir tan alegremente "cuando nos casamos tenía 14 años", oh yeah... es que no tengo palabras para entender cómo un personaje así fue tan aceptado por el público de entonces.

George Peppard me pareció por debajo de Hepburn en cambio, su personaje no tiene el carisma de ella pero creo que otro actor le podría haber sacado algo más, está correcto pero sin llegar a ser memorable, es más, de hecho da la impresión de que su intento por dignificar al personaje como un galán de Hollywood hace que el personaje pierda toda su esencia, y eso es especialmente visible en todas las escenas con Patricia Neal, es una lucha de egos en la que Peppard parece querer llevar al personaje hacia otro sitio que no es el suyo.

Por otro lado, la genialidad de Edwards para los pequeños detalles de la comedia se dejan ver perfectamente aquí, muy especialmente en toda la escena de la fiesta en casa de Holly con pequeños gags para cada pequeño personaje que aparece ahí, me recordó a un previo a toda la posterior El Guateque. Pero también con otros detalles como el buzón de Holly reconvertido en tocador o toda la escena del robo de las caretas.

Si hay que ponerle un pero, es al personaje esterreotipado de Mickey Rooney, me pareció una caricatura insultante que ni con un actor realmente asiático creo que hubiera funcionado, es lo único que no me gustó. Y tal vez el final me pareció demasiado made in Hollywood, pero eso ya es algo más menor. Un 9.

El lobo de Wall Street: Para mi gusto el mejor personaje que ha interpretado jamás DiCaprio, no sólo por cómo aparece sino por cómo narra la historia también. La película en sí me pareció bastante similar a Casino en el hecho de básicamente exponer lo que es el ascenso de categoría y los excesos que conllevan, pero es que DiCaprio está tan bien que esta película me ha resultado incluso mejor. Las 3 horas se me pasaron volando y como en general está bastante llevado al terreno de la comedia se hace amenísimo, con muchas escenas memorables como la del oso de peluche o la del colocón en el avión, en serio que hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien viendo una película. Scorsese en plena forma. Jonah Hill tomando el testigo de los personajes de Joe Pesci es tan insoportable como carismático y el resto del reparto y la cantidad de cameos de categoría hacen que la película sea aún mejor, un 8.

Las brujas: Terror de la Hammer de bajo presupuesto con Joan Fontaine en su último papel para la gran pantalla. Y hay que verla, cualquiera creería que estaba rondando la cincuentena porque parece 15 años más joven. Me gustó la película porque pese a tener un desarrollo algo lento, le iba bastante bien para crear la atmósfera inquietante que quería conseguir de forastera llega a pueblo con costumbres extrañas. Por eso me sorprendió mucho el cariz que toma la película en los ultimos 20 minutos porque es precipitado, absurdo e infumable con toda la escena del aquelarre, dejando un final con más preguntas que resoluciones, no me gustó, y es una pena porque como digo en toda la parte anterior es una peli bastante digna disfrutable. Un 6.

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¡Qué vajilla más interesante! Parecen jóvenes efebos jugando a la saltacabrilla.

El lobo de Wall Street es una película muy poco arriesgada, básicamente porque es Scorsese volviendo a una fórmula que le había funcionado dos veces antes y que podría manejar dormido. Quizá por eso no es tan radical como Uno de los nuestros, pero qué bien me lo pasé durante las tres horazas que dura.

De Desayuno con Diamantes no puedo hablar en dos líneas y media, pero al menos comentaré lo de Marilyn. Marilyn sí encaja con la Holly del cuento de Capote, pero es que es lo que tú dices: la ambigüedad de la Holly de Edwards y Hepburn (y Axelrod, que al pobre no se le menciona nunca) me parece infinitamente mejor. Es más interesante, menos cansina... Un personaje más analizable, y juro por mi vida que he conocido a alguna chica tan narcisista, frustrante y con la cabeza llena de pájaros como ella. Es uno de esos casos en los que el ambiente propenso a la censura de la época da lugar a películas más inteligentes de lo que habrían sido de haber podido llegar sin rodeos ni sutilezas a su objetivo (Wilder es un caso de libro aquí).

Creo que la mitificación a la que la gente (niñatas de quince a sesenta y cinco años especialmente) ha sometido a Holly ha terminado jugando en su contra. Tengo la impresión de que eso ha dado como resultado un cierto desdén (o indiferencia a secas, quizá eso esté más cerca de lo que digo) hacia la espectacular composición de Audrey. No hay un personaje como su Holly en toda la historia del cine, con su melancolía de cartón piedra, su egoísmo pernicioso y su inmadurez galopante, rasgos aún más tóxicos si se combinan con su capacidad de enamorar y joderle la vida a todo el que se queda colgado de ella sin ni enterarse o aprender algo. Es un personaje complicadísimo y Audrey Hepburn lo hace posible. Nadie más habría podido, nadie.

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Miguel Roselló

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Sí,es una repetición de Casino y Uno de los nuestros, pero se puede hacer una copia barata o una copia de calidad, y esta lo es. Y para mi gusto la disfruté mucho más que Casino.

La gran cualidad que Audrey Hepburn le da a Holly Golightly es revestirla de tal elegancia e integridad que hace que cueste mucho, muchísimo imaginarla en la profesión en la que está. Y esto podría en realidad ir en contra de su personaje, porque mientras veía al marido contar su pasado me costaba mucho asociarlo a quien tenía delante, pero creo que va a favor de cómo está planteada la película, así como la inocencia y vitalidad que desprende. Su gran baza realmente es desprender cero sexualidad y 100 adorabilidad, con Marilyn Monroe el personaje me hubiera resultado vulgar porque sí la puedo imaginar.

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Terminator Génesis... ehr, no, gracias.

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Miguel Roselló

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Ayer vi Irrational Man. Se ha llevado palos de la crítica, no sé exactamente por qué motivo hasta que lea algo al respecto, pero tampoco lo entiendo demasiado. No es una obra maestra, ni siquiera una gran película; pero es eficaz, inteligente y muy bien llevada por un Joaquin Phoenix inspiradísimo. Pertenece a la familia de las películas Allen de crimen y castigo, junto con Delitos y Faltas, Match Point y el Sueño de Casandra; y en la comparación con Match Point, que es de la que más elementos recicla, creo que sale perdiendo, aunque no por mucho. Ni una es tan buena ni la otra tan mala; pero Irrational Man usa el elemento del evento mínimo que se torna decisivo de forma más banal y oportunista que Match Point. En la de 2005 la película se estructuraba en torno a ello, aquí es sólo un truco para que la película termine de una manera y no de otra. El aspecto más débil, sin embargo, es el personaje de Emma Stone, cuya única función es la de contrapunto moral. Este rol podría haber recaído perfectamente en el personaje de Parker Posey y nos habría ahorrado el peaje alleniano de la estudiante enamorada de su profesor que le dobla la edad, que aquí es un mero cliché que en nada enriquece el discurso de la película. Es más, su forma de llamar la atención de Phoenix sobre el evento que será el detonante real de la historia es estúpida y forzada, algo que podría haberle ocurrido a Phoenix estando a solas en la cafetería.

Lo que pasa es que, cuando la película comienza de verdad en este momento de la película, la premisa y su desarrollo principal (dejando de lado los rodeos superfluos en la trama) es espléndida. Allen demuestra una vez más que independientemente de la irregularidad de sus películas aún tiene mucho que decir, muchos temas sobre los que reflexionar y muchos convencionalismos sociales por cuestionar. El viaje de Phoenix es fascinante y da pie a preguntas éticas más que lícitas, aunque por momentos el discurso se hace demasiado obvio y verbalizado (otra vez, Stone). Habría agradecido un tono más claro, porque Irrational Man parece quedarse en un terreno tragicómico no por una estudiada decisión de Allen, sino por desinterés en esta cuestión en particular. La puesta en escena, completamente neutra, acrecenta esta sensación. Es la sabia escritura en la evolución de Phoenix y el propio actor lo que elevan a la película muy por encima de la mediocridad. Un 7, hale.

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Miguel Roselló

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Pues yo he visto esta tarde EL BOLA. Una de las virtudes de esta película es la paradoja (premeditada y provocadora contra los tópicos prejuicios) sobre las primeras impresiones. Mientras que el padre del bola parece un noble currela, el del amigo tiene toda la pinta de ser un traficante. El director sabe jugar con esas premisas e intenta que pensemos que todo dará la vuelta en un momento que nunca llega.
Los diálogos son fluidos y frescos, y la ambientación de un barrio obrero está más que lograda. La interpretación de Juan José Ballesta es impresionante (antes de pegar el estirón y dar asquete), así como la de los padres. La historia de amistad entre los dos chavales, tanto en su principio como en su desarrollo, me parece de matrícula de honor.
Película realista, dura, muy bien captada y mucho mejor que las que suele realizar el sobrevalorado de Aranoa. A cualquiera que le hayan zumbado de pequeño, supongo que esta película le morderá en el estómago. Ah, y esas reminiscencias a Los 400 golpes se agradecen. Un 8.

¿Por qué han desaparecido de golpe tantos post?

He visto "Pan, viaje a Nunca Jamás". Las dudas que me despertó el trailer se han confirmado. Esta película es una estomagante sucesión de delirios visuales que tapa como puede un argumento que saquea a placer de "Harry Potter" (no en balde uno de los productores, Tim Lewis, lo es también de la antecitada franquicia) y "Star Wars", con un toquecillo de "Hook", donde un tal James Matthew Barrie no aparece por ninguna parte. Y lo que es peor, la magia, salvo tal vez los minutos iniciales y los instantes finales, no salta jamás. Le doy un aprobado raspado y eso gracias a Hugh Jackman, que hace lo que puede.

Ya que estoy, doy un repaso rápido a los otros "Peter Pan" cinematográficos:

-El "Peter Pan" mudo de Herbert Brenon: Una pequeña joya olvidada. Eso sí, a ratos no es más que una versión filmada de la obra de teatro. Pero tiene encanto.
-El legendario "Peter Pan" disneyano. Al verla, estoy dividido entre aplaudirla (por sus indiscutibles méritos artísticos) o maldecirla (por el destrozo que hacen de la obra de Barrie, de la que eliminan todos los aspectos turbadores e inquietantes, p.e. el capitán Garfio no muere, Peter Pan no se queda solo al final).
-"Hook": La idea estaba bien, y la parte inicial, la que transcurre en el "mundo real" se deja ver. Pero cuando vuelan a Nunca Jamás, la película cae en picado y a ratos hasta aburre. Se nota que es un proyecto que, en primer lugar, mi admirado Spielberg no inició, y segundo, que se le escapó de las manos.
-El "Peter Pan" de 2003. Se dio un soberano batacazo en taquilla y recibió críticas más bien discretas. En mi opinión, ambas cosas son injustísimas. Porque, a diferencia de la versión disneyana, no elude ninguno de los aspectos sombríos del mito. Falla en la elección del protagonista, eso sí. Pero Rachel Hurd Wood compone una Wendy muy creíble y Jason Isaacs está sensacional en su doble papel de Garfio y Mr. Darling.

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Jules Verne

Parece que este hilo está muerto, viendo que nadie escribe aparte de mí. Está bien, a ver si colgando otro comentario alguien se anima. He visto "Marte", de Ridley Scott. Es esencialmente "Robinson Crusoe" en el espacio, con un argumento que resulta bastante previsible (sabes desde el principio que todo va a salir bien). En cierto modo, está animada de la misma nostalgia que tanto se ve hoy día, en este caso, nostalgia de los tiempos de los viajes a la Luna, cuando todo el mundo estaba pendiente de la suerte de los astronautas (viendo la edad que tiene Ridley Scott, no es sorprendente). El tono es, desde luego, optimista, mostrando gran confianza en las posibilidades del ser humano y de la ciencia, algo que también parece más propio de los años 60 que de una película hecha hoy día (muy significativo es el hecho de que no muera nadie y que el personaje de Matt Damon ni siquiera quede con secuelas físicas o psíquicas graves). En este punto, me recuerda un poco a "Tomorrowland", que también intentaba ser optimista sobre el progreso. Pero hay una diferencia esencial entre ambas: que Ridley Scott cree en lo que está contando y Brad Bird, no. Eso es lo que convierte a este "Marte" en una película deliciosamente pasada de moda. Es una película que ideológicamente es de los años 60 pero hecha con los medios de la segunda década del siglo XXI. A pesar de ser de lo más previsible, entretiene un montón, y los actores cumplen como deben. Le doy un 8 por el buen rato que me ha hecho pasar y por atreverse a ser optimista en estos tiempos en que no está de moda serlo. No es que comparta ese optimismo, claro, pero respeto a Ridley Scott por mostrarlo con convicción y encima filmándolo con elegancia y buen gusto (otra cosa que no es frecuente ver).

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Un poco vago sí que parece que andamos. Ea, ya me has hecho sentirme mal... No voy a leer por ahora tu comentario del Marciano. No creo que te hayas puesto a reventar el final, pero aún así quisiera ir sin saber más de lo que ya sé. Estos días he visto...

The Skeleton Twins: Kristen Wiig y Bill Hader hacen de gemelos distanciados y reencontrados en una dramedia indie (en el indie se prohíbe otro género) en el que se adivina por todos lados la mano de los hermanos Duplass incluso sin saber que son los productores de la peli. Tiene todos los defectos del indie que se ciñe al patrón de lo que se supone que se espera de él, tanto en el desarrollo como en el tono como en la forma. Sin embargo posee cierto ingenio, y como suele ocurrir con estas películas que de otro modo se mezclarían en la memoria como una gigantesca masa deforme, las interpretaciones son lo que realmente levanta el conjunto por encima de la media. Kristen Wiig tiene un recorrido amplio en esta clase de cine, pero sigue sorprendiendo la naturalidad con la que se desenvuelve. Verles a él y a Hader, consumados payasos, aportando sinceridad y tridimensionalidad a estos personajes emocionalmente jodidos es un verdadero placer. El mismo efecto produce ver a Ty Burrell abordando con verdadero aplomo y gravedad un rol secundario en esencia trágico, y no tanto a Luke Wilson en el papel más fácil de todos (y acorde con su personalidad cinematográfica habitual).

Negociador: No sé cuánta pasta ganaría Cobeaga con el guion de Ocho apellidos vascos, pero es desconcertante que el siguiente paso que ha elegido en su carrera de autor sea esta película minúscula en todos los aspectos menos en el más importante. No sabía que esperar, y la puse con bastante pereza (hubiera preferido reencontrarme con el Cobeaga de sus comedias de autor), pero me encontré totalmente pillado por la película a los quince o veinte minutos. Es una comedia soterradísima sobre un tema muy serio y terriblemente delicado en la que el punto fuerte está en una definición extraordinaria de los personajes. El negociador de Ramón Barea es tan opuesto a lo que cabe esperar de un personaje con su profesión que llegas hasta a preguntarte si no habrá llegado hasta donde está por puro accidente. Por su parte, el retrato que se hace de los dos etarras desafía todo estereotipo, mostrando a personas ambiguas, con una tendencia innata a la hostilidad en lo que se refiere a su causa pero personas a fin de cuentas. Carlos Areces está increíble (como su compañero, pero a Areces le conozco y sorprende mucho).

Minions: Un bodrio aburridísimo. Más allá de la antipatía que me producen estos bichejos diseñado en los laboratorios de los ejecutas para "sorprendernos a todos con su repentina fama incluso por encima de Gru", el caso es que no me hacen gracia. Deberían hacerla. Dicen poca cosa coherente, lo cual los hace actores de comedia muda estrictamente hablando. Hay que ser muy inepto para hacer algo tan poco divertido con personajes así. Tampoco entiendo el casting de Jon Hamm para hacer de un swinger británico de finales de los sesenta.

Ah, y he visto Días de Vino y Rosas por primera vez en años, pero me quedo sin tiempo para escribir.

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Miguel Roselló

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Miguel Roselló

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El final de "The Martian" es completamente previsible. Si digo que todo acaba bien, no estoy destripando nada porque eso es obvio casi desde el principio de la película.

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Dos consejos:

Uno, no decidas por los demás qué es obvio y qué no sobre el final de una película. El otro día pusieron la Tormenta Perfecta en la tele, te la pongo como ejemplo. Y dos, cuando alguien te diga que ha preferido evitar tu mensaje para saber lo menos posible no vuelvas a repetir lo que has dicho en ese mensaje. Gracias por nada.

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Miguel Roselló

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Negociador me gustó (estupendo Ramón Barea), pero no pude evitar acordarme por momentos de aquel otro proyecto de Cobeaga titulado Fe de etarras, que prometía ser bastante cañero y finalmente ha quedado en tierra de nadie.
Dicen que Areces está ridículo. Como si el Thierry real no lo fuera...

Hace tiempo que no he vuelto a ver Días de vino y rosas. No porque no me gustase (todo lo contrario), sino porque el DOLOR que me produjo el primer visionado fue tremebundo. Creo que aún tengo pesadillas con la escena del invernadero y con esa agónica Lee Remick.

'Días de Vino y Rosas' la vi hace por lo menos un mes. Aparte de la escena del invernadero, yo apuntaría la parte del sanatorio como el peor momento de la película. Era como ver Réquiem por un sueño sin tanto terror surrealista.

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Kaiho no Drum

No sé si las escenas en el sanatorio me parecieron un poco exageradas. No por la interpretación de Lemmon, sino por la idea en sí. ¿Internamientos por alcoholismo? El personaje del miembro de AA con el que confraterniza Lemmon me parece otro punto flaco, a través de él la película se acerca peligrosamente al terreno del sermón.

Lo que más me mola de la escena del invernadero es cómo Lemmon se convierte en tal torbellino de locura que incluso golpea la cámara. No creo que haya mejor forma de sintetizar la psicosis extrema de Joe en esta escena; literalmente rompe con su universo de ficción topando con la cuarta pared, me pareció una locura salvaje fuera de toda norma.

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Miguel Roselló

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A veces la ciencia es más arte que ciencia, Morty. Mucha gente no lo entiende.

Yo iba a ir hoy a ver La cumbre escarlata, pero como no he podido cuadrar horarios, esta noche comprobaré si la del marciano es tan buena...

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Miguel Roselló

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