fdo amsterdam escribió:
Son los argumentos de aquellos que amamos el doblaje y que nunca creímos llegar a este punto en el que tener que prescindir de él. Muy lamentable.
Cordiales saludos
Pues con esta demoledora frase lo has resumido, Fernando. En efecto, quién me iba a decir a mí, hace diez-quince años, que dejaría de ver cine de estreno doblado (en los últimos tiempos, una peli por año y porque voy "obligado"). Y eso que en aquellas fechas ya la cosa estaba mal, pero todavía había voces suficientes como para "tolerar" la tremenda irregularidad de los repartos. Luego vino la mejora tecnológica que permite, entre otras cosas, la aberración de grabar por separado. ¿Cómo lo permitieron los actores? Claro, eso beneficiaba al malo, al impersonal, al que así nadie le saca los colores cuando tiene que medirse con un buen actor. Pero incluso entre los buenos, es imposible, por muy buen director de doblaje que lo guíe (y ese es otro asunto del que hablar largo y tendido...), equilibrar, "a distancia", un buen trabajo.
Mi distanciamiento del doblaje contemporáneo se benefició del boom del dvd, con sus pistas de VOSE, y la generosidad de Internet, donde encima pude descubrir infinidad de autores y películas de los que sólo había podido leer referencias. Al abundar más, claro, la VOSE que la doblada, también recurrí a aquélla. Resultado: mi oído (sin haber llegado nunca a dominar el inglés como para prescindir de subtítulos) se acostumbró al sonido original en todos sus sentidos. Antes, si podía elegir entre una película clásica bien doblada y la VOSE, elegía la primera. Ahora no, salvo en determinados casos en los que priman ya las razones sentimentales (los viejos doblajes de la Metro o clásicos que he visto demasiadas voces con los grandes dobladores de antaño) o cuando tengo que ver una película acompañado por quien no quiere "leer" mientras ve la película.
Sigo con admiración el increíble redescubrimiento de repartos clásicos que personas como mi amigo Montalvo, dobaldor y otros expertos a los que hay que aplaudir con devoción. Y la curiosidad hace que busque esas películas, que las escuche un rato... y que luego vuelva a la VOSE.
Para mí es muy triste, desde luego. Con lo que yo amé a Rogelio, a Elvira Jofre, a Manuel Cano, a Baltanás, a Ovies, a Ana Mª Saizar, a Antolín García o a Víctor Ramírez... Y no tuve la suerte de escucharlos en cine de estreno, sino ya en TVE, cuando poco a poco iban desapareciendo sus trabajos, sepultados por los infames redoblajes (otro clavo en el ataúd del buen doblaje).
Eso sí, no puedo prescindir de un juego. Cada vez que veo una película, de cualquiera, voy componiendo una ficha mental del reparto ideal que yo habría puesto, incluso diferenciando según Madrid o Barcelona...
Entiendo que el aficionado al doblaje, educado en otros estilos interpretativos, en otras voces, en otras maneras, lo defienda y construya sus propios mitos. Pero cuando leo el foro y leo esas alabanzas tan entusiastas, no puedo sino recordar el mito platónico de la caverna.
No me gusta la nostalgia, porque reblandece el sentido crítico. Pero en el doblaje creo que ya no nos queda otra cosa.