Hoy le he puesto a la Roseñora Ed Wood. Todo vino a cuento de La Parada de los Monstruos, que vimos hace un tiempo y le comenté un poco que Ed Wood tenía parte de homenaje a la película de Tod Browning. Y ahora que la he vuelto a ver, quizá por primera vez desde hace tres o cuatro años, me cuesta entender por qué le puse un 9 en su día. Es una película compleja y completa que tiene una palabra para una cantidad incuatificable de temas. Habla del cine: de toda la historia del primer medio siglo de vida de su mitología a través de una serie de homenajes perfectamente hilados y personajes que sirven de vehículo para traer de vuelta unas formas muy concretas de hacer cine, también de la parte más engorrosa y con menos glamour de la "magia del cine", y de la crueldad de la fama, tanto la que se va como la que nunca llega pese al ahínco con el que la persigas. Pero también habla de lo que no es cine: Bela Lugosi en sí es, más allá de un mito caduco y decadente absorbido por el que un día fue su personaje, la personificación de todas las miserias que acarrean la vejez y la soledad, y la relación entre él y Ed no es sino un bello retrato de la amistad entre dos seres completamente desubicados, cargado de la infinita sinceridad implícita en la mirada de un director (o mejor dicho, un hombre) que siempre supo lo que era estar desubicado. La amistad entre Ed y Bela no está tratada como una solución a las miserias que comparten, sino que se muestra como la mejor forma de sobrellevarlas. Y quizá por esto se trata de una de las amistades más enternecedoras y auténticas de cuantas se han dado jamás en la pantalla.
Pero toda esta densidad viene acompañada de una broma enorme, retorcida y genial, un brillante acierto que empuja a la película al terreno del metalingüismo. La película de Burton aborda temas trascendentales y reflexivos acerca del cine e incluso la vida, y deliberadamente lo hace a través de la figura de no un triunfador ni un nombre situado en el olimpo de los grandes hombres: lo hace a través del PEOR DIRECTOR DE LA HISTORIA. Es decir, Burton podría haber cogido a una figura más acorde con la complejidad de su discurso, pero en vez de eso coge a un tío que dirigió algunos de los mayores pedazos de mierda que jamás se han registrado en un rollo de celuloide y le convierte en el vehículo de sus reflexiones.
Por supuesto, la película también habla de Wood en sí, no es que el pobre Ed sea un mero vehículo, pero su penoso recorrido por Hollywood sirve para ilustrar todo esto y más. ¡Qué gran personaje es Ed! A ojos de Burton, Ed Wood es un monumento al optimismo y a la fuerza emprendedora, y cuando se atreve a equipararlo a Orson Welles (el puto Orson Welles) lo hace sin atisbo de ironía o condescendencia, afirmando por tanto que un director quizá es algo más que el resultado de su trabajo. Burton, en lugar de componer una especie de broma gigante a costa de Wood, le levanta un monumento, y es un monumento compatible con la idea, en principio contradictoria, de que sus películas quizá sí estén entre lo peor jamás rodado. Ahí reside la indescriptible genialidad de esta película.
También es un compendio muy inusual entre géneros. Las peripecias de Ed oscilan todo el tiempo, y con impresionante naturalidad, entre lo descorazonadoramente patético y lo disparatadamente cómico. Por un lado tenemos a Ed y a Bela, y por otro tenemos a Ed y a su maravillosa parada de los monstruos, ese estrafalario equipo de rodaje lleno de freaks, que, al igual que los de Browning, son mostrados como fieles a los suyos por encima de cualquiera de sus peculiaridades. Johnny Depp hace aquí el mejor papel de su carrera sin discusión, si no le dieron un óscar por su recreación de Ed Wood, y se lo merecía como pocos, no deberían dárselo por ningún otro papel (los halagos a su Sparrow, al lado de esto, son directamente ridículos. RIDÍCULOS). Martin Landau está igualmente maravilloso, y el resto del reparto no baja de brillante, ni siquiera "The Animal" Steel.
Y bueno, basta ya, que no acabo nunca. Esta película no se merece un nueve porque todo por debajo de un 10 sería insultante. Ed Wood raya la perfección, tanto en fondo como en su magistral forma, que asume todos sus referentes visuales para dar como resultado un prodigio fotográfico. Es una obra maestra que mimetiza abiertamente la estructura de la llamada Peor Película de Todos los Tiempos, y si eso no es algo extraordinario y genial, que baje Orson Welles y que lo vea. Y con vuestro permiso convierto a Big Fish mi segunda película favorita de Burton. Hala.
_________________ Miguel RosellóSi te interesa remotamente leerme hablar de canciones Disney, ésta es la cuenta de instagram a seguir.
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