Comentaré brevemente lo que he estado viendo para vuestro deleite.
John Carter: Iba yo sin ningún tipo de entusiasmo, después de las malísimas críticas, pero hete aquí que me encuentro con una peli de aventuras digna. No es memorable ni tendré un gran recuerdo de ella en el futuro, pero aun siendo consciente de lo estiradísimo y redundante que es todo, y que parece que la peli no se vaya a acabar jamás, en lo larga que se hace no puedo decir que no la disfrutara. Visualmente espléndida, y muy valiente en aquello de poner Marte como un lugar misterioso con mil cosas por descubrir, y no el inhóspito planeta muerto que sabemos que es. Pero bueno, unos actores justitos y un guión que da bandazos no ayuda en nada al conjunto. Un 6.
Luz que agoniza: Tremendo y oscuro retrato de la caída en locura de una mujer encarcelada en su propia casa. Llegué a sentir la agonía que Ingrid Bergman en mis carnes, aunque fuera evidente que su pérdida de memoria y su errático comportamiento no es tan sencillo y esconde algo detrás. Las escenas nocturnas, con esa niebla, contraluces y pasos en el piso de arriba hacen crecer la paranoia. Es impresionante cómo tras un lúgubre prólogo, lo que parece convertirse en una ligera historia de amor con toques de misterio, acaba creando una atmósfera opresiva que incomoda como ninguna. Un 9.
Crimen Perfecto: A esta ya le tenía yo ganas, sobretodo en mis intentos de ponerme al día con el gordo. La disfruté como un enano, fijándome en las pistas, en los gestos, en intentar anticiparme a las reconstrucciones de lo que ocurrió, en pasarlo mal cuando el plan se tuerce y hay que improvisar, en encontrarme en un punto intermedio de desear que le pillaran y al mismo tiempo que no lo hagan. Genial. Otro 9.
Recuerda: Otra más de Hitch, aunque esta la sitúo un puntito por debajo. Me hubiera gustado más escenas oníricas (grande Dalí) y una profundización en la mente del tío más compleja. Lo que nos queda es un tratamiento de la psicología bastante brillante pero que se me quedó corto. Es impresionante el contraste entre la expresividad de Ingrid y la cara de palo de Gregory Peck. Un 8.
Y bueno, he revisionado
¡Rompe Ralph! y sigue siendo tan genial como cuando la vi en el cine.