Vergüenza debería daros a todos, eh. Voy a enumerar rápidamente cosas que he visto últimamente.
La saga de Mad Max enterita. Lo que son las cosas, hace poco comentaba que no estaba seguro de cuáles había visto y cuáles no, pero resulta que las había visto todas. Concretamente la primera y la segunda las tenía mezcladas en el recuerdo. Sin contar la nueva, que es apoteósica, mi favorita es la segunda, algo así como la quintaesencia de lo que es Mad Max en el imaginario popular. Si tan sólo hubiese contado con el presupuesto de la tercera (y aún así es una superproducción comparada con la primera, el equivalente del cine a una favela) ya sería perfecta. Me ha resultado curioso comprobar cómo el "efecto Rambo" también se aplica a esta saga: el recuerdo que tenemos de la saga se alimenta de las secuelas pese a ser un mundo completamente aparte a la película que lo empezó todo. En cuanto a la tercera, parece Mad Max dirigida por Spielberg, tanto para lo bueno como para lo malo.
El congreso. Una extravagancia de Ari Folman bastante arriesgada en la que Robin Wright interpreta a un alter ego de sí misma que firma para digitalizar su persona y en forma de actriz virtual. Esto es sólo el punto de partida, la primera media hora, en la que Wright y Harvey Keitel tienen tiempo a conmoverte hasta las entrañas con cierta escena con la que damos paso al resto de la película... Es decir, un viaje lisérgico en dibujos animados (mitad Las Trillizas de Belleville mitad Max Fleischer) comparable al Yellow Submarine, que se pierde un poquito en sus cábalas filosóficas pero no por ello eso menos hermosa, visual como emocionalmente. Las inesperadas apariciones de personajes animados con aspecto sospechosamente familiar son una delicia añadida.
It Follows. Un futuro clásico para el cine de terror. Homenajea a los pioneros del terror adolescente hasta en el subtexto demonizador del sexo, pero en lugar de convertirse en una sanguijuela que se pierde en los guiños, la mano maestra del director hace que la película se alce como un producto con identidad propia, puesta en escena superlativa, una interpretación protagonista espectacular y una mirada tierna y melancólica al despertar sexual de la adolescencia. Una película increíble.
Deliverance. Brutal relato de supervivencia en un entorno a priori poco hostil, con Burt Reynolds, John Voight, el malo de Robocop y Ned Beatty como cuatro urbanitas embarcados en un viaje de escapismo romántico por un río que termina convertido en un infierno teñido de rasgeos de banjo, selenitas endógamos y la implacable naturaleza. Salvo por el inexplicable final (las consencuencias en el mundo real de esta aventura son irrelevantes), espectacular.
Sunshine. Bastante irregular la aventura espacial de Danny Boyle. Empieza prometedora, avanza con cada vez más esfuerzo (y los actores, la verdad sea dicha, no ayudan demasiado) y termina convertida en una sombra de lo que podría haber sido.
Into The Woods. El musical más denso y carente de nervio que he visto desde... ¿Sweeney Todd? ¿Será que tengo un problema con Stephen Sondheim? Propone una sátira de los rasgos definitorios de los cuentos de hadas que no se materializa por ningún lado, y posee una estructura traicionera que con un hachazo asesino separa la trama en dos historias, primero el greatest hits de los cuentos de hadas y luego la supuesta deconstrucción del "y comieron perdices" que te hace desear que todo hubiese acabado con la primera parte. Emily Blunt y su marido son los mejores actores de la función, pero de lejos.
Idiocracy. Este tipo de proyectos pequeños promovidos por gente hábil del mundo de la tele siempre son iguales. Parten de premisas atractivas y jugosas, pero el desarrollo, la puesta en escena y el alcance de su reflexión son tan poco ambiciosos que es imposible tomárselos como poco más que una curiosidad con aire de teleserie.
Secuestrando a la señorita Tingle. Estoy inmerso en un ciclo Kevin Williamson. Ésta es la película que no sólo escribió, sino que también dirigió. Es un intento de comedia negra con todos los defectos que se le presuponen a un director/guionista que se cree muchísimo más hábil e ingenioso de lo que realmente es... lo cual viene a ser el rasgo definitorio de Williamson. Al menos podemos rescatar al personaje de la señorita Tingle, epítome de todos los miedos y ansiedades que marcan la vida del estudiante de instituto. Helen Mirren ayuda muchísimo, claro.
Caballeros, princesas y otras bestias. Una puta mierda digna de haber sido parida por un quinceañero salido. Lo más vergonzoso es que no, que detrás del guion está un hombre adulto como Danny McBride, al que deberían prohibirle escribir un solo chiste más en su vida.
La oveja Shaun. Aardman en su más pura expresión. No es que Piratas o cualquiera de sus proyectos más ambiciosos no merezcan la pena (Chicken Run sigue siendo mi favorita de su filmografía), pero es que con la peli de Shaun han dado un giro hacia una simplicidad máxima que hace que hasta los cortos clásicos de Wallace y Gromit parezcan el colmo de la complejidad. Una delicia muda, técnicamente perfecta (qué largo camino desde A Grand Day Out) y que rinde homenaje al clásico gag visual haciéndolo, ni más ni menos, su espina dorsal.
Podría seguir, porque he visto muuuuchas comedias chorras (Y entonces llegó ella, media filmografía de McConaughey, Alguien como tú, Scary Movie 2), pero creo que por ahora basta.
_________________ Miguel RosellóSi te interesa remotamente leerme hablar de canciones Disney, ésta es la cuenta de instagram a seguir.
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